El cuartel general de la poesía
Tuvieron que pasar muchos años para que el poeta se convirtiera, oficialmente, en un poeta. Marco Antonio Corcuera publicó su primer poemario, Semilla en el paisaje, recién a los 44 años.
Sin embargo, a lo largo de todo ese tiempo, pocos hicieron tanto por la poesía en el Perú.
Marco Antonio se hizo abogado como su padre para poder asumir los gastos de la familia que buscaba formar, pero a los 23 años obtuvo una mención honrosa en los Juegos Florales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la poesía se infiltró en su vida. Al año siguiente, en 1941, creó la mítica revista Cuadernos Trimestrales de Poesía, junto un grupo de amigos autodenominado los “poetas del pueblo”.
Los hijos de Marco Antonio recuerdan cómo su padre convirtió el hogar familiar en un cuartel general de poesía, donde se organizaban veladas en las que participaban poetas jóvenes, como su hermano Arturo Corcuera o José Watanabe, y se comentaban las composiciones de los presentes. En esas noches también surgieron los llamados “sonetos en comandita”, creaciones realizadas entre cuatro poetas a manera de cadáver exquisito.
La poesía se vivía intensamente en casa de los Corcuera. Además de participar en las tertulias, los hijos y la madre ayudaban a recoger de la imprenta los Cuadernos Trimestrales de Poesía, a distribuirlos, a hacer las correcciones y los contactos. La publicación de la revista fue un esfuerzo titánico compartido por toda la familia y se prolongó a lo largo de 40 años con alguna interrupción. Cuadernos tuvo una gran circulación y repercusión incluso a nivel internacional. Entre sus colaboradores, además de prácticamente todos los poetas de la época, estuvieron Octavio Paz y Pablo Neruda.
Marco Antonio Corcuera ejerció varios cargos relevantes, fue un extraordinario promotor cultural en Lima y Trujillo, creó una extensa obra (15 poemarios, 4 libros de relatos, 4 antologías y una pieza de teatro) y fundó el Concurso El Poeta Joven del Perú, en el que fueron premiados figuras como Javier Heraud, César Calvo, José Watanabe, Antonio Cillóniz, Jesús Cabel, Montserrat Álvarez, Luis Hernández, Juan Ojeda, Carlos López Degregori y Beethoven Medina, entre otros.
Bajo el mismo influjo colaborativo del poeta, sus 4 hijos crearon la Fundación Marco Antonio Corcuera. Gracias a ella se mantiene viva su obra, marcada por todas esas imágenes de flora y fauna de su infancia en Contumazá. En el centenario de su nacimiento, sus descendientes lograron recuperar el premio El Poeta Joven del Perú, con el que simbólicamente también revivieron el espíritu de aquel viejo cuartel general, que sirvió de plataforma para las grandes voces de nuestra poesía.
Marco Antonio Corcuera Díaz (Contumazá, 1917 - Trujillo, 2009)