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Javier Heraud

Haciendo guerra con tus flores buenas

Ya eran varios hermanos Heraud y con la llegada de Gustavo, la necesidad de cambiar de casa se hizo inevitable. Comenzó, entonces, la búsqueda del nuevo hogar para dejar atrás la vivienda en la calle San Martín. Pero ninguno de los chicos quería dejar Miraflores, el barrio donde habían nacido, crecido, jugado y hecho amistades. Papá Heraud era miraflorino y mamá había vivido allí desde los quince años. En Miraflores se conocieron, se amaron, se casaron y nacieron sus hijos. Por eso Miraflores.

La tarea no fue fácil y finalmente la búsqueda no llegó a ninguna parte. Fue entonces que decidieron adquirir la casa donde vivían y refaccionarla. Fueron largos e interminables meses de vivir en medio del polvo y del ruido pero también de nuevos amigos obreros como el Cholo Cotrina. También estaba Pérez, el albañil. Una tarde, Javier escribió algunos poemas y los introdujo en una botella al estilo de los náufragos que buscan auxilio. Le pidió a Pérez que la enterrara entre los ladrillos frente a la puerta de entrada. Pasó el resto del día eufórico. Ilusionado, decía que, algún día, esa pared sería destruída y alguien encontraría sus poemas y al leerlos diría: “aquí vivió un poeta”.

No hace falta desenterrar los poemas de la casa en la calle San Martín. Javier hoy sigue teniendo 21 años y vive entre aquellos que cada día se sacrifican:

“…por amor a mi suelo, a mis paisajes,

por amor a los pobres de mi tierra,

por amor a mi madre, a sus cariños,

por amor a mi padre, a sus durezas,

por amor a mis hermanos y amigos…”
Fragmento de Poema especial de Javier Heraud.

(Libro: Vida y muerte de Javier Heraud (Recuerdos, testimonios y documentos). Cecilia Heraud Perez. Primera edición)

Javier Heraud

Lima, 19 de enero de 1942 – Madre de Dios, 15 de mayo de 1963

Poemas

Zoe Massey