Leído por Jaime Bedoya
los amantes se internan por las soñadas islas del
lago navegable más alto del planeta
mientras sus fieles pares más bebidos que
nunca van bailando y saltando tras una de las
vírgenes más pequeñas del mundo
y en el lago de umayu –propicio emplazamiento para que el
alma intente alguna trascendencia más
allá de la pobre carne muerta-
vuelvo a reconocer la soledad total que
comprende también la soledad de Dios
y en medio de tamañas soledades una
anciana que a duras penas carga su canasta de
mimbre me ofrece un
delicioso bocadillo
Del libro Espíritupampa (2015)